14 Rasgos de un Hijo Adulto
1. Nos dan miedo y nos aislamos de las personas, sobre todo de las figuras de autoridad.
2. Nos convertimos en buscadores de aprobación y, en el proceso perdimos nuestra propia identidad.
3. Nos asustamos de la gente enfadada y de que nos critiquen.
4. O bien nos convertimos en alcohólicos, nos casamos con ellos, o ambas cosas, o encontramos a otra personalidad compulsiva como un adicto al trabajo para llenar nuestras necesidades enfermizas de que nos abandonen.
5. Vivimos la vida desde el punto de vista de víctimas y nos sentimos atraídos por esa debilidad en nuestras relaciones de amor y de amistad.
6. Tenemos un sentido sobre desarrollado de la responsabilidad y nos resulta más fácil preocuparnos de los demás que de nosotros mismos. Esto nos permite no tener que mirar demasiado de cerca a nuestros propios fallos.
7. Sentimos culpabilidad cuando nos hacemos valer en vez de ceder ante los demás.
8. Nos convertimos en adictos a la excitación.
9. Confundimos el amor con lástima y tendemos a “amar” a las personas por quienes sentimos “lastima” y a quienes podemos “rescatar”.
10. Hemos reprimido los sentimientos de nuestra niñez traumática y hemos perdido la capacidad para sentir o expresar nuestros sentimientos porque duele demasiado (negación).
11. Nos juzgamos a nosotros mismos con dureza y tenemos una autoestima muy baja.
12. Somos personalidades dependientes, aterrorizados de que nos abandonen, y haremos cualquier cosa para aferrarnos a una relación con tal de no experimentar los dolorosos sentimientos de abandono que recibimos de vivir con gente enferma que nunca estuvieron presentes emocionalmente para nosotros.
13. El alcoholismo es una enfermedad familiar y nosotros nos convertimos en para-alcohólicos y adoptamos las características de la enfermedad aunque no bebimos.
14. Los para-alcohólicos son reactores en vez de actores.